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  • La verdad de la literatura y el arte siempre se ha concedido (si es que se concedía) como una verdad de orden "superior", que no debía perturbar, y de hecho no perturbó, el orden de los negocios. Lo que ha cambiado en la época contemporánea es la diferencia entre ambos órdenes y sus verdades. El poder absorbente de la sociedad agota la dimensión artística al asimilar sus contenidos antagónicos. En el ámbito de la cultura, el nuevo totalitarismo se manifiesta precisamente en un pluralismo armonizador, donde las obras y las verdades más contradictorias coexisten pacíficamente en la indiferencia.

    "One-Dimensional Man" by Herbert Marcuse, (pp. 60-61), 1964.