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Hay una historia de cuando el presidente Lyndon Johnson visitó la NASA y mientras caminaba por los pasillos se encontró con un conserje que estaba limpiando a mares, como el conejito Energizer con una fregona en la mano. El presidente se acercó al conserje y le dijo que era el mejor conserje que había visto nunca y el conserje le contestó: "Señor, no soy sólo un conserje, ayudé a poner un hombre en la luna". Aunque limpiaba pisos, tenía un propósito y una visión más grandes para su vida. Esto es lo que le hizo seguir adelante y le ayudó a sobresalir en su trabajo.