-
Adquirí más riqueza, poder y prestigio que la mayoría. Pero puedes adquirir todo lo que quieras y seguir sintiéndote vacío. Hizo falta una enfermedad mortal para ponerme frente a frente con esa verdad, pero es una verdad que el país, atrapado en sus ambiciones despiadadas y su decadencia moral, puede aprender a mi costa. No sé quién nos guiará en los años 90, pero hay que hacer que hable de este vacío espiritual en el corazón de la sociedad americana, de este tumor del alma.