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  • Algunos se preocupan sin cesar por las misiones que se perdieron, o los matrimonios que no resultaron, o los bebés que no llegaron, o los hijos que parecen perdidos, o los sueños incumplidos, o porque la edad limita lo que pueden hacer. No creo que agrade al Señor cuando nos preocupamos porque pensamos que nunca hacemos lo suficiente o que lo que hacemos nunca es suficientemente bueno.... Algunos llevan innecesariamente una pesada carga de culpa que podría ser eliminada a través de la confesión y el arrepentimiento.