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  • El Dios que inspiró la Biblia es el mismo que creó el universo, la Tierra y la vida. Este Dios es la definición misma de la verdad; por lo tanto, el registro de la naturaleza nunca contradecirá las Escrituras y viceversa. Cuando nos enfrentamos a una aparente contradicción, podemos saber con certeza que, o bien hemos malinterpretado (una, otra o ambas revelaciones), o tal vez aún no hemos escarbado lo suficiente. En cualquier caso, podemos aprovechar la oportunidad para adquirir un mayor conocimiento y aprecio de la Biblia, de la naturaleza y del Dios responsable de ambas.