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Hay una manera de ordenar nuestra vida mental en más de un nivel a la vez. En un nivel podemos estar pensando, discutiendo, viendo, calculando, satisfaciendo todas las demandas de los asuntos externos, pero en el fondo, entre bastidores, a un nivel más profundo, también podemos estar en oración y adoración, cantando y adorando, y en una suave receptividad a los alientos divinos.