-
En cuanto empiezas a dar la vuelta a las piedras y a tender la mano para ayudar a la gente, viene toda una avalancha detrás. Y parece no tener fin. Pero cuando ves los frutos de tu trabajo, sientes que es posible.
En cuanto empiezas a dar la vuelta a las piedras y a tender la mano para ayudar a la gente, viene toda una avalancha detrás. Y parece no tener fin. Pero cuando ves los frutos de tu trabajo, sientes que es posible.