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  • Y siempre hay soma para calmar tu ira, para reconciliarte con tus enemigos, para hacerte paciente y sufrido. En el pasado, sólo podías conseguir estas cosas haciendo un gran esfuerzo y tras años de duro entrenamiento moral. Ahora, te tragas dos o tres pastillas de medio gramo y ya está. Ahora cualquiera puede ser virtuoso. Puedes llevar al menos la mitad de tu moralidad en una botella. Cristianismo sin lágrimas, eso es el soma.

    Aldous Huxley (2002). “Brave New World”, Spark Notes