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  • Los mongoles consumían una dieta constante de carne, leche, yogur y otros productos lácteos, y luchaban contra hombres que vivían a base de gachas de diversos cereales. La dieta de cereales de los guerreros campesinos atrofiaba sus huesos, pudría sus dientes y los dejaba débiles y propensos a las enfermedades. En cambio, el soldado mongol más pobre se alimentaba principalmente de proteínas, lo que le proporcionaba dientes y huesos fuertes.

    Jack Weatherford (2005). “Genghis Khan and the Making of the Modern World”, p.87, Broadway Books