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La oración es un intercambio. Dejamos nuestras cargas, preocupaciones y pecados en manos de Dios. Salimos de allí con aceite de alegría y el manto de la alabanza.
La oración es un intercambio. Dejamos nuestras cargas, preocupaciones y pecados en manos de Dios. Salimos de allí con aceite de alegría y el manto de la alabanza.