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Vaya donde vaya, siempre me sigue una multitud increíble. En Roma, cuando aterrizo en el aeropuerto, hasta los hombres me besan. Me encanta Roma.
Vaya donde vaya, siempre me sigue una multitud increíble. En Roma, cuando aterrizo en el aeropuerto, hasta los hombres me besan. Me encanta Roma.