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Me volví tan bueno escribiendo con un presupuesto, que mi cerebro me restringía. Escribía: "Es una noche tormentosa". Luego tachaba tormentosa. Escribía: "Es una noche tranquila." Luego tachaba noche. Es mediodía. Porque sabes cuánto cuesta la noche. Sabes cuánto cuesta la lluvia. Nada es gratis en las películas.