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Conocí a mi primer enano en México, y era un camarero con un sombrero en la cabeza, lleno de patatas fritas y salsa. Como si fuera a dejar escapar a ese tipo - no lo creo.
Conocí a mi primer enano en México, y era un camarero con un sombrero en la cabeza, lleno de patatas fritas y salsa. Como si fuera a dejar escapar a ese tipo - no lo creo.