-
Les digo a los que me llaman en frío que estoy muy interesado pero un poco sordo, que mi audífono no funciona bien y que si pueden hablar más alto. La idea es no oír lo que dicen deliberadamente, pedirles que lo repitan, pero más alto, y ver lo alto que puedo hacer que griten. Al cabo de un rato, les digo que no soy sordo de verdad y que les estaba haciendo perder el tiempo, como ellos hacían conmigo.