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  • Al final estamos viviendo en la cueva de Plato, si tenemos en cuenta cómo los que estaban prisioneros dentro de la cueva -que no podían hacer otra cosa que mirar esas sombras que pasaban por la pared del fondo- estaban convencidos de que esas sombras eran su única realidad. Veo una profunda similitud con todo esto en la época que vivimos ahora. Ya no vivimos simplemente a través de imágenes: vivimos a través de imágenes que ni siquiera existen, que no son el resultado de una proyección física, sino de pura virtualidad.