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Perder forja el carácter. Así que, si eres el perdedor de tu familia, no te preocupes. Porque dentro de veinte años, ese perfecto hermano tuyo que no puede hacer nada mal aparecerá en tu casa, calvo, gordo, divorciado, con seis hijos que le odian y te pedirá dinero. Y debido a tu carácter, le mirarás a los ojos y le dirás: "Sabes qué, te daré algo de dinero. Si me cortas el césped y arreglas mi coche. Oh, sí, entonces usted puede champú la cola. Perdedor.