Para obtener la mejor foto de un prisionero capturado, hay que cogerlo justo en el momento de la captura. La expresión que muestra entonces se pierde para siempre... El mecanismo humano es notablemente recuperativo. Media hora después, las expresiones han desaparecido, los rostros han cambiado. La madre con el bebé muerto en brazos ya no parece apesadumbrada, no importa lo que sienta.