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  • Los famosos no tardaron en comprender que los paparazzi podían convertirlos en iconos. Cuanto más se sigue y admira a una estrella, mayor es la adulación. Así que subieron la apuesta, a veces escondiéndose cuando ni siquiera lo necesitan. Hoy, el estrellato es más efímero y es la fotografía la que les confiere su estatus de celebridad.