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Si las sombrías realidades a las que te enfrentas en este momento te parecen oscuras y pesadas y casi insoportables, recuerda que en la desgarradora oscuridad del Getsemaní y en la incomprensible tortura y dolor del Calvario, el Salvador realizó la Expiación, que resuelve las cargas más terribles que pueden darse en esta vida. Lo hizo por ti y lo hizo por mí. Lo hizo porque nos ama y porque obedece y ama a Su Padre. Seremos rescatados de la muerte, incluso de las profundidades del mar.