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  • Una vida de oración es la clave para tener gratitud. A menudo damos por sentadas a las personas que más merecen nuestra gratitud. No esperemos a que sea demasiado tarde para expresar nuestra gratitud. Sentir gratitud y no expresarla es como envolver un regalo y no darlo. Si la gratitud se cuenta entre los pecados graves, la gratitud ocupa su lugar entre las virtudes más nobles. Expresar gratitud es gracioso y honorable, promulgar gratitud es generoso y noble, pero vivir con gratitud siempre en el corazón es tocar el cielo.