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  • Jesús es humilde, y sus siervos no deben ser orgullosos; pero Jesús nunca fue mezquino ni cobarde, y sus siervos tampoco deben serlo. No hubo hombre más valiente que Cristo. Él podía rebajarse para salvar un alma, pero no se rebajaría a nada que pudiera comprometer Su carácter o insultar la verdad y la justicia. Predicar el Evangelio con valentía es entregarlo como tal mensaje debe ser entregado. ¿Se avergüenza de predicar sobre un Salvador moribundo? ¿Pedir disculpas por hablar del Hijo de Dios que condesciende a hacerse hombre para redimirnos de toda iniquidad? Jamás.

    Charles Haddon Spurgeon (1990). “The Quotable Spurgeon”, Shaw