-
El arce azucarero destaca por su limpio tobillo. Las arboledas de estos árboles parecían vastos cobertizos forestales, sus ramas se detenían cortas a una altura uniforme, a cuatro o cinco pies del suelo, como aleros, como si hubieran sido recortadas con arte, de modo que se podía mirar por debajo y a través de toda la arboleda con su frondoso dosel, como bajo una tienda cuya cortina está levantada.