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El primer coche que compré era el más bonito que había visto nunca. Era de segunda mano, pero lo aparqué en la puerta de mi hotel el día que lo compré. Me pasé la noche en vela mirándolo.
El primer coche que compré era el más bonito que había visto nunca. Era de segunda mano, pero lo aparqué en la puerta de mi hotel el día que lo compré. Me pasé la noche en vela mirándolo.