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  • A medida que he ido comprendiendo que todos vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser en Dios, los nombres de cada persona, especie, criatura y elemento se superponen al nombre de Dios. Dios es la realidad; Dios es la fuente de la realidad de cada uno de nosotros. El panenteísmo -ver el mundo como en Dios- pone el "nombre" de Dios en primer lugar, pero cada uno de nuestros nombres está incluido y conservado en su carácter distintivo dentro de la realidad divina.