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Cada avivamiento en la historia parece ser el resultado de unas pocas personas que tienen tanta hambre de Dios que lo desean más que al oxígeno. Aquellos que tienen tal hambre no serán negados. Es tiempo de buscar un avivamiento que se convierta en el discurso más famoso del mundo. Es hora de buscar un movimiento de Dios que no deje de moverse.