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Lo que me atrae del tipo de snowboard que hago ahora es que, cuando escalo estas montañas, experimento todas las emociones de la vida. El miedo. La anticipación antes de eso. Llegar a la cima y la alegría de estar en la cima, y luego la adrenalina de bajar, y luego el tipo de emociones abrumadoras que tengo en la parte inferior. Todo ese proceso es realmente adictivo y me hace sentir vivo.