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No hay una cosa en particular, sino muchas cosas diferentes que me inspiran. Suelo componer canciones cuando hago cosas que no forman parte de mi rutina diaria, como viajar. Pero incluso en mi vida cotidiana, se me ocurren canciones cuando me emociono. Al ver una foto bonita, un paisaje, probar algo delicioso, olores que me traen recuerdos, cosas felices y tristes... Cualquier cosa que me conmueva emocionalmente me sirve de inspiración.