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Cuando los hombres te odien o te culpen, o digan cosas hirientes sobre ti, mira profundamente en sus corazones y observa qué clase de hombres son. Verás lo innecesario que es esforzarse por conseguir su buena opinión. Sin embargo, debes pensar bien de ellos. Son tus vecinos. Los dioses les ayudan como a ti, mediante sueños y oráculos, a conquistar los deseos de sus corazones.