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  • Los libros son voces congeladas, del mismo modo que las partituras son música congelada. La partitura es una forma de transmitir la música a alguien que pueda tocarla, liberándola en el aire donde puede volver a escucharse. Y las marcas negras del alfabeto en la página representan palabras que una vez fueron pronunciadas, aunque sólo fuera en la cabeza del escritor. Permanecen inertes hasta que llega un lector y transforma las letras en sonidos vivos. El lector es el músico del libro: cada lector puede leer el mismo texto, igual que cada violinista toca la misma pieza, pero cada interpretación es diferente.