Autores:
  • Qué tortuoso es el lenguaje "eclesiástico" que hay que hablar en la iglesia: el tono, el estilo, la costumbre. Todo es artificial; hay una ausencia total de un lenguaje humano sencillo. Con qué suspiro de alivio se abandona este mundo de sotanas, besos y cotilleos eclesiásticos. En cuanto uno sale, ve: ramas húmedas y desnudas, niebla que flota sobre los campos, los árboles, las casas. El cielo. El atardecer temprano. Y todo dice una verdad increíblemente simple.