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La ciencia de la guerra conduce pura y simplemente a la dictadura. Sólo la ciencia de la no violencia puede conducir a la democracia pura. El poder basado en el amor es mil veces más eficaz y permanente que el poder derivado del miedo al castigo. Es una blasfemia decir que la no violencia sólo puede ser practicada por individuos y nunca por naciones compuestas de individuos. La aproximación más cercana a la anarquía más pura sería una democracia basada en la no violencia. Una sociedad organizada y dirigida sobre la base de la no violencia total sería la anarquía más pura.