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  • Por mucho que a Dios le plazca bendecirte, habrá momentos en los que todo lo que intentes se convierta en humo. Habrá momentos en los que la persona con la que más contabas se aleje y te deje a tientas entre lágrimas cegadoras y lamentosas preguntas de por qué. Los planes y los objetivos pueden verse truncados en los momentos más decepcionantes, dejándote aprendiendo el arte de la paciencia y la aceptación de una petición denegada.