-
Nos estamos hipotecando con los extranjeros a una escala que haría llorar a George Washington. Cada día, cada día, pedimos prestados mil millones de dólares a los extranjeros para comprar petróleo en el extranjero, a menudo a países que nos odian. Somos los mendigos del mundo, financiamos nuestro fastuoso estilo de vida vendiendo nuestras herencias familiares y esclavizando a nuestra progenie con la necesidad de pagar el servicio de la deuda.