-
Cuando una nación amenaza a otra, sus habitantes olvidan sus facciones, sus antagonismos locales, sus diferencias políticas, sus sospechas mutuas y sus hostilidades religiosas, y se unen como una sola unidad. Los líderes lo saben, y por eso muchos de ellos desencadenan guerras en periodos de crisis nacional, o cuando la gente está descontenta y enfadada. Esta es la explicación de todas las guerras, de todos los odios raciales y religiosos, de todas las masacres y de todos los intentos de genocidio.