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Me divertían mucho los espectáculos de luces y los espectáculos multimedia de los hippies. Eso fue cuando era estudiante, en los años 60, y estaba en New York, así que aprendí a manejarme con la escritura, a grabar el sonido de otras personas, el arte de la performance... porque era un territorio nuevo, y me gustaba todo lo que fuera nuevo y provocador. Eso me interesaba más que convertirme en algo concreto.