-
Recuerdo que pensaba que debía ser médico, aunque no tenía ningún talento para las ciencias. Luego, por supuesto, hasta que tuve unos dieciséis años, pensé que podría tener una oportunidad como jugador de béisbol de las grandes ligas. Pero cuando llegué a la adolescencia, perdí todo interés en ello. Descubrí, en rápida sucesión, los libros, las chicas, el alcohol y el tabaco, y nunca he vuelto atrás. Esas son las cuatro cosas que más me interesan.