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i el Gobierno va a poner dinero en el sector del automóvil, debería disolver GM y Chrysler como condición para la ayuda financiera, y debería ser ecuánime en su trato a las empresas de nueva creación como Tesla, Miles, Fisker y otras. Sería terrible matar a los empresarios que han asumido grandes riesgos para sacar al mercado nuevas tecnologías automovilísticas inyectando dinero de los impuestos en los gigantes que lo han hecho todo mal durante los últimos años.