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Intento, al menos una o dos veces por semana, que venga alguien a modelar, normalmente un amigo bailarín o un poeta o alguien que venga y se quede quieto para mí. Dependiendo de lo exhibicionistas que sean, determinará el trabajo final. Y yo digo: "Tú eres la musa; tú lo inventas. Te dibujaré como quieras".