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Me sentía fea, regordeta y estúpida hasta que hablé con mi madre sobre ello y me hizo hacer un ejercicio muy bueno que recomiendo a todas las chicas. Me hizo coger un papel y escribir todo lo que me gustaba y todo lo que no me gustaba de mi cuerpo y de mi vida. Al final del ejercicio, me di cuenta de que tenía muchas más cosas en la columna de lo que me gusta. Me demostró que, aunque hay algunas cosas en la columna de lo que no me gusta, ¡estaba prestando TODA mi atención a esas pocas cosas!