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  • Lo que me gusta de esta forma de organizar las cosas es que cada historia tiene casi pleno dominio sobre su propio espacio, pero todas ellas están colgadas de una sola cuerda: la voz poco definida antes mencionada. Así, la colección se aleja de la soberanía y pasa de la federación a, supongo, la alianza. ¿O tal vez llamar a cada historia una casa separada en una sola calle? ¿O que todo es una hilera de bares de mala muerte frente a un muelle? Qué demonios, llamemos a la lectura de la colección un paseo por un pub, pero con palabras.

    Fuente: therumpus.net