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No he visto a ningún poeta en este país comportarse tan groseramente como Newt Gingrich o Bill O'Reilly. No pido a estas personas que aprueben los modales de todo el mundo. No me siento obligado a defender los modales de cada poeta que envía un poema a mi sitio web. Ese no es mi trabajo. Mi trabajo es darles la oportunidad de hablar desde el corazón. Si no hay mucho en el corazón y si la boca se desboca, no es mi problema.