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  • No eran universitarios que tomaban ácido. Eran predicadores, banqueros, agricultores y la sal de la sociedad estadounidense que suscribían ideas que ahora nos parecen tan descabelladas. Estas personas tenían las visiones más radicales de lo que podría ser el futuro. Y esto ocurría en una época que no solemos asociar con la experimentación sexual, el comunismo o cosas por el estilo.

    Fuente: therumpus.net