Tras la revolución de 1979, Irán se embarcó en una política de sectarismo. Irán inició una política de expansión de su revolución, de injerencia en los asuntos de sus vecinos, una política de asesinatos de diplomáticos y de ataques a embajadas. Irán es responsable de varios atentados terroristas en el Reino, es responsable del contrabando de explosivos y drogas en Arabia Saudí. E Irán es responsable de la creación de milicias sectarias en Irak, Pakistán, Afganistán y Yemen, cuyo objetivo es desestabilizar esos países.