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Siempre busco el contexto en el que la gente cuenta historias. En "El club de la lucha" son esos grupos de apoyo para moribundos, y en "Asfixia" son los grupos de recuperación de 12 pasos. En una novela son colonias de artistas; en otra, un diario que suelen llevar las esposas de los submarinistas para que, cuando su marido vuelva de servir en un submarino, tengan una relación del tiempo que ha pasado su cónyuge. Así que siempre busco, en primer lugar, un contexto de no ficción, porque puedes contar una historia más rocambolesca si utilizas un formato de no ficción.