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  • Earl Scruggs tenía esa cosa de que no era sólo la técnica o incluso el instrumento. Era él. Había una cualidad conmovedora que te hacía - si eres alguien como yo, que se suponía que tocaba el banjo, te hacía detenerte en seco, y no podías hacer nada hasta que terminabas de escucharlo tocar, e inmediatamente tenías que ir a buscar un banjo.