-
Toda acusación es del diablo, venga de donde venga. Es tan peligroso acusar a otros como dar espacio al acusador en tu propia vida. El acusador no da esperanza. Dios no nos acusa, pero nos da impulsos que traen luz y esperanza.
Toda acusación es del diablo, venga de donde venga. Es tan peligroso acusar a otros como dar espacio al acusador en tu propia vida. El acusador no da esperanza. Dios no nos acusa, pero nos da impulsos que traen luz y esperanza.