La cuestión clave a la que nos enfrentamos los que trabajamos en los medios de comunicación (viejos y nuevos) es si aceptamos y nos adaptamos a los cambios radicales que ha traído Internet o pretendemos que de alguna manera podemos saltar a una máquina del pasado periodístico y volver a un pasado que ya no existe y no puede resucitarse. No cabe duda de que, a medida que el sector avance y descubramos las nuevas reglas del juego, habrá -y debe haber- mucha experimentación con nuevos modelos de ingresos.