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No hay forma de que un ser humano pueda escapar a su humanidad para poder imaginar a Dios. Podemos hablar de cómo hemos experimentado a Dios, no de qué o quién es Dios.
No hay forma de que un ser humano pueda escapar a su humanidad para poder imaginar a Dios. Podemos hablar de cómo hemos experimentado a Dios, no de qué o quién es Dios.