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Ojalá tuviera disciplina, pero, por desgracia, es sólo un rasgo obsesivo-compulsivo y la belleza de la costumbre lo que me hace volver una y otra vez a mi trabajo.
Ojalá tuviera disciplina, pero, por desgracia, es sólo un rasgo obsesivo-compulsivo y la belleza de la costumbre lo que me hace volver una y otra vez a mi trabajo.