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Si te das permiso para sentir el dolor y la alegría, sin apegarte a ninguno de los dos, entonces puedes estar feliz o triste con una paz subyacente que hace que todo parezca que va a ir bien.
Si te das permiso para sentir el dolor y la alegría, sin apegarte a ninguno de los dos, entonces puedes estar feliz o triste con una paz subyacente que hace que todo parezca que va a ir bien.